¿PUEDO SER AMIGO DE MIS HIJOS?
Muchas veces, más de las que uno quisiera, llegan al consultorio o a la escuela padres y madres diciendo que son los mejores amigos de sus hijos.
No sólo eso, presumen que los conocen perfectamente, que les cuentan todo, que saben los secretos de sus amigos, es más, hay papás que se prestan la ropa con sus hijos adolescentes para ir a bailar con ellos.
¿Podemos ser en verdad amigo de nuestros hijos? ¿Nuestros hijos necesitan otro amigo más? Y ojo, no los juzgo, que gusto que tengan una relación tan cercana, pero la mayoría de las veces el “ser el mejor amigo de mi hijo” es una farsa que está jugando el mismo hijo para manipularlos y sacarles permisos, dinero y regalos.
No podemos ser amigos de nuestros hijos, somos sus padres y tenemos otras obligaciones que se esperan de nosotros, ¿Cómo cuáles?:
- Limites: Los límites es quizá lo más importante que necesitan nuestros hijos a cierta edad. Saber que horarios tiene, a donde puede ir, con quien sale, es indispensable para que haya confianza de las dos partes. Recuerdo hace algunos años a una chica que se reventaba todos los fines de semana, hasta que un día su mamá habló a la escuela “porque llevaba sin dormir en casa dos días”. Cuando le pregunté porque lo había hecho, me respondió que estaba probando a sus padres cuanto tiempo transcurría sin que se dieran cuenta de que no estaba, “ya sabía que no les importo, si lo hiciera se hubieran dado cuenta antes”.
- Autoridad: Somos las guías y educadores principales de nuestros hijos, quien los procura, quien los cuida, quien ve por ellos si se enferman.
- Apoyo emocional: Lo que más les importa a nuestros hijos es que les demos calidad de tiempo. Estar con ellos, platicar, darles consejos, ir por ellos a las fiestas, recogerlos de la escuela, conocer a sus amigos, castigarlos cuando fallan… es lo que necesitan nuestros hijos de nosotros.
No confundamos que nuestros hijos son cercanos a nosotros a ser su mejor amigo. Nuestros hijos ya tienen a sus amigos y nosotros a los nuestros, ellos no necesitan otro amigo. Nuestros hijos necesitan su espacio y su lugar, y aunque nos cueste creerlo, muchas cosas que platican con sus amigos nunca no las van a contar a nosotros.
Actuemos como padres, formadores y guías, no como amigos, estemos presentes y cercanos, que sepan que el cuidado y los límites que les damos es proporcional al amor que les tenemos.
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Te esperamos la próxima semana en tiempodemariposas.com Psicología para todos.
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