Esta pandemia nos ha traído muchos héroes, hombres y mujeres comprometidos con sanar a todos los enfermos del COVID 19, personas que dedican la mayor parte del día a estar en el hospital, como médicos y enfermeras, sino todos los que son parte de él: personal de limpieza, administrativos, camilleros, etc.

Se ha hablado mucho de estos héroes, han salido en portadas de periódicos y revistas, les aplauden en las tardes, les compran comida, los procuran etc.

En esta ocasión (y en las siguientes semanas) no vamos a hablar de esos héroes de la pandemia, sino de otros, y aprovechando que hace unos días fue el Día del Niño, vamos a hablar de los pequeños que se han quedado en casa porque así se los pedimos.

Aquellos que aceptaron sin cuestionar que lo mejor era dejar de ir a la escuela porque era peligroso, a pesar de que en muchas ocasiones era uno de los únicos lugares seguros para ellos. Aquellos que no les importó dejar una clase o una lección a medias, una pintura, una medalla, un torneo, o un sueño solo porque se los pedimos.

Aquellos que dejaron de ver a sus amigos, a sus maestros, o a sus abuelitos, porque sabían que se podían contagiar y enfermarse gravemente.

Aquellos que están enfermos y que dejaron de ir a terapia, emocional o física, a pesar de que saben que van a tener que esperar un poco más para que su salud esté al 100%.

Aquellos que a pesar de todo se despiertan todos los días de buenas, porque saben que, aunque los días de van haciendo cada vez más monótonos, siempre hay algo que aprender.

Aquellos que se asoman a la ventana a ver pasar el mundo, al camión de la basura, del agua, a los vecinos que llegan y se van, o a la mensajería que podría llegar con algo nuevo para ellos.

Aquellos que se visten y se peinan para entrar a sus clases en línea y ver a sus amigos y maestras, aunque sea de lejos, los que hacen las tareas, los que investigan, los que leen. Los que hacen la operación dos veces para saber si está bien el problema, los que pasan los apuntes en limpio, para tenerlos como cuando iban a la escuela, los que hacen el proyecto, la presentación, la obra, aunque nadie la vaya a ver.

Los que son creativos y ya hicieron las mil manualidades que encontraron en línea, o ya armaron y desarmaron sus legos para hacer naves, barcos, casas de otras formas y colores. Los que pusieron la coreografía a sus amigos y la bailan a la distancia o los que cocinan y hacen la lista del super.

Los que han aprendido e inventado juegos nuevos con sus papás y con sus hermanos, o los que les enseñado nuevos trucos a sus mascotas. Los que te ayudan a levantar su cuarto, a lavar sus cosas o a lavar los trastes.

Y también los que están sufriendo, porque viven en un mundo de violencia, o porque sus papás tienen que trabajar y se quedan solos en casa, o los que te preguntan “¿A qué hora terminas?” para que les dediques unos minutos de tu tiempo.

Todos ellos, TODOS, son los otros héroes de la pandemia y este artículo es para reconocerlos por ser tan valientes. Sabemos que en unos meses esto se va a acabar, pero para ellos esta pausa en su vida la sienten eterna.

Estemos presentes para ellos, con amor, cariño y paciencia. ¡Muy feliz Día del Niño para todos!

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Te esperamos la próxima semana en tiempodemariposas.com Psicología para todos.