La semana pasada empezamos con esta serie de artículos, que creemos que son importantes para todos los que tenemos niños cerca. En el artículo anterior hablamos de las premisas básicas de la muerte y de los factores de riesgo. Lo puedes revisar aquí.

Hoy vamos a hablar de como hablarles de la muerte según su edad y las expresiones de duelo que tienen los niños en la casa y en la escuela.

Niños de los 0 a los 6 años

A esta edad los niños no entienden que todos morimos (universalidad) y que una vez muertos no podemos regresar a la vida (irreversibilidad). Creen que el cuerpo sigue funcionando y predomina el pensamiento mágico que es determinante en esta edad. Están seguros que si rezan mucho o le piden a una estrella que regrese la persona fallecida, se los va a conceder.

En esta etapa no consiguen imaginar que ya una vez muertos ya no existen, y aunque saben que la muerte se relaciona con la vejez y la enfermedad, se podrían activar y se actualizar nuevos temores.

Tienen enorme curiosidad y van a hacer muchas preguntas, pero la idea que tenían hasta entonces sobre la omnipotencia de los adultos se quiebra.

A partir de los 6 años

Los chicos de esta edad van a comenzar a cuestionarse si la muerte de otros o la suya es posible. Hasta los 11-12 años se producirá una verdadera aceptación y aparecerán los temores a perder su propia vida y la de sus seres queridos.

Va a desaparecer el pensamiento mágico, ya a los 6-7 años comprende que sus pensamientos no son causantes de la muerte o el regreso de alguien fallecido.

Se mantiene una enorme curiosidad y de buscar explicaciones a lo que sucede, y su grupo de amistades es fundamental, aunque tienen miedo que la muerte haga que sus amistades lo vean como diferente.

Expresiones de duelo

Muchas veces los niños presentan comportamientos diferentes a partir de la muerte de alguien. Son normales mientras acepta la muerte, hasta un 35% de niños y niñas menores de 12 años presentan criterios de depresión un año después de una pérdida parental. Si observamos que al chico le está costando más trabajo, un psicólogo o tanatólogo infantil los puede ayudar a superar la pérdida.

En casa podríamos observar:

•   Ansiedad e insomnio persistentes por el miedo a que se produzcan otras pérdidas.

•   Dificultad para separarse del entorno familiar (ansiedad de separación) por miedo a que sucedan otras muertes.

•   Rumiar fantasías de reunión con el ser querido fallecido. Incluso pueden aparecer ideas de suicidio.

•   Durante un tiempo pueden aparecer sentimientos de culpa ya sea propia o culpar a alguien de lo ocurrido.

•   Quejas somáticas: dolor de cabeza, de tripa, vómitos, dolores musculares, poco apetito.

En la escuela pueden aparecer:

•   Dificultades de atención, concentración, memoria.

•   Disminución del rendimiento académico.

•   Conducta ansiosa (aislarse, preguntar constantemente, inquietud…)

•   Arranques de llanto repentinos.

•   Conductas hiperactivas, irritabilidad.

•   Dificultades de relación con sus compañeros (aislamiento, agresividad…)

Es muy importante estar cerca del chico este tiempo, preguntarle como se siente, dejarlo llorar libremente, estar en contacto continuo con la escuela: El éxito de que el niño salga adelante en un duelo es el grupo de apoyo que tiene detrás de él en todo momento.

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¿Quieres saber más? No dejes de leer el post de la próxima semana en tiempodemariposas.com Psicología para todos.